Capacidad de entrenamiento
La capacidad de entrenamiento depende de factores internos (biotipología, edad, sexo, etc.) y externos (aquellos que el individuo puede modificar a través de su estilo de vida). Se trata de las posibilidades que posee una persona de que al aplicársele de forma sistemática una serie de estímulos físicos se vayan consiguiendo logros con el paso del tiempo.
Un diagnostico, previo al ejercicio, es primordial para calcular la capacidad física, conocer el historial físico y la posible progresión del mismo. La valoración física nos aportara la información necesaria.
Principios de entrenamiento
Individualidad biológica: este principio nos propone respetar a la persona como un ser único que va a generar sus propios cambios y adaptaciones mediante la realización de un proceso de trabajo concreto. Esto permite entender que el sujeto podrá tener mas condiciones para algunas exigencias y no tantas para otro tipo de trabajo. Esta individualidad estará afectada por los factores endógenos y exógenos que intervienen en la potencialidad de la adaptación del individuo al entrenamiento físico. Aquí debemos tener en cuenta que cada individuo va a tener distintas respuestas en el tiempo y en la magnitud frente al mismo tipo de trabajo físico. Así, si comparamos dos personas que realizan un ejercicio dado de sobrecarga, como extensiones en camilla sentado, con un volumen de 3 series de 12 repeticiones cada uno (con un peso que varíe según la persona), van a tener resultados similares en cuanto a un incremento de la fuerza en la musculatura concreta, pero el grado de desarrollo muscular y el tiempo en lograrlo van a ser distintos.
Carga continúa de entrenamiento: este principio propone realizar entrenamientos de forma continua en el tiempo sin que haya interrupciones del proceso que pudieran provocar un proceso de desadaptación. Este principio apunta a una sucesión regular de las sesiones. Por ejemplo, aquí se busca que el individuo concurra y cumpla con los entrenamientos estipulados, evitando ausentarse o no tener regularidad en la asistencia. Así se buscan nuevas adaptaciones y logros.
Incremento progresivo de la carga: esto expresa que para que haya una estimulación concreta en el organismo y para que este sufra un estrés y luego manifieste una supercompensación, se debe promover un aumento progresivo de la carga de trabajo a lo largo de los periodos de entrenamiento planteados. Este principio se manifiesta la necesidad de aumentar el nivel de la carga de trabajo, para seguir provocando nuevos logros o adaptaciones en el organismo. Podemos variar el incremento de la intensidad, del volumen o de la densidad.
Periodicidad de las cargas: las cargas de entrenamiento deben variar de acuerdo con los distintos periodos de trabajo, para que el organismo no se estanque o alcance una meseta, de la que cuesta salir. Así se propone ir variando los componentes de acuerdo con el objetivo planteado. Por ejemplo, dentro de un plan de trabajo con objetivos de participar en una carrera de 10 k, se buscaría determinar periodos de adaptación general, de aumento del volumen de trabajo y luego trabajar específicamente para el objetivo planteado. Cada uno de estos periodos se trabajara con metodologías específicas para obtener mayores resultados.
Variación de las cargas: este término manifiesta que las cargas de entrenamiento deben variar de determinada manera para no agotar al organismo. Así se propone producir incremento de carga en determinados momentos y disminuir la carga en otros. Asi mismo, esto va a depender de la capacidad estimuladora y del nivel del entrenado.
Interdependencia entre el volumen y la intensidad: la relación que existe entre estos dos componentes siempre es inversa en entrenamiento. Es decir, que cuando manifestamos altos volúmenes, las intensidades son bajas, y viceversa. Por ejemplo, en resistencia aeróbica podemos realizar una sesión donde la velocidad de desplazamiento que le pedimos al entrenado sea la de un trote; esto indicara una intensidad baja, por lo cual le pedimos que mantenga ese ejercicio durante 45 minutos, es decir, un volumen medio-alto para su nivel. Lo mismo sucede a la hora de realizar rutinas de entrenamiento con sobrecarga, con objetivos de tonificación, en las que se utilizan pesos medios-bajos y series con gran cantidad de repeticiones.
Sucesión racional de las cargas: dentro de una sesión de entrenamiento habría que respetar la sucesión de trabajo priorizando el orden de los sistemas energéticos.
Prof.FABIANA BELIS
ENTRENADORA DE SAYAGORUNNING
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