Cada uno pertenece a un equipo distinto pero los cuatro comenzarán la temporada 2010 defendiendo el color que los apasiona porque vestirán La Celeste y nada meno que en una prueba de las más tradicionales a nivel continental ya que Emanuel Yanes; Roderyck Asconeguy; Néstor Fagúndez e Ignacio Maldonado integrarán la selección de Uruguay que competirá en la Copa América de ciclismo que se realizará el domingo 3 de enero en Brasil.
Selección uruguaya para la Copa América de ciclismo, que se celebra en enero
El técnico de la selección nacional uruguaya, Enrique Erramuspe, nominó la cuarteta celeste que participará de la Copa América de Ciclismo que se desarrollará como todos los años en el circuito de Interlagos en San Pablo.
Los cuatro competidores serán: Emanuel Yanes (Club Villa Teresa), Roderyck Asconeguy (Club Porongos de Flores), Ignacio Maldonado (Club Ciclista Fénix) y Néstor Fagúndez (Platense de Tacuarembó).
La delegación parte el sábado 2 de enero para competir el día 3 sobre un total de 80 km dando inicio a la temporada internacional.
Esta competencia está inscripta en el calendario de la UCI.
Fuente: Federación de Ciclismo de Uruguay
http://www.eldepornauta.com.ar/noticias.php?idNoticia=6957
Hace una década y media ganó la San Silvestre de Brasil, la prueba más importante del atletismo de calle sudamericano y el próximo 31 de diciembre volverá a correr en las calles de la ciudad de San Pablo. A sus 37 años, la bicampeona olímpica etíope Derartu Tulu competirá en la edición 2009 del clásico de fin de año cuya rama masculina contará con el keniata Robert Cheruiyot que buscará su cuarta victoria en estos quince kilómetros que culminan en la avenida Brigadier Luis Antonio donde se debe superar una subida de ochocientos metros tan empinados que fueron bautizados como La Rompecorazones.
a York de noviembre pasado cuando corrió los 42 kilómetros en 2h28m52s y dueña de dos medallas de oro en los 10 mil metros en pista de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 y Sydney 2000, Derartu Tulu se perfila como una de las favoritas al podio de la clasificación general femenina de esta prueba que reúne a un total de 20 mil inscriptos.
15, 16 Y 17 DE ENERO DE 2010
Organizar carreras es grandioso.
De la más chica a la más grande.
De la que tiene 100 corredores a la que tiene 8000.
De la más vistosa y promocionada hasta la que no convocó ni a los familiares.
De la colorida a la gris.
De la que te llena de medallas, premios y promociones hasta la que es solo para apoyar.
De la que está bien hecha hasta la que le erraron feo.
Hay mil y todas diferentes.
Pero todas tienen un denominador común: atrás hay gente que pone su esfuerzo, y eso, en los tiempos que corren, en los que los valores se trastocan cada vez más, no es poca cosa.
Siempre habrá atrás de estos eventos alguien que quiere dejar “su casa impecable para recibir a las visitas”; siempre hay personas con avidez de aprender cómo agasajar a sus invitados; siempre hay gente que simplemente se preocupa por los demás.
Me tocó intervenir en una organización y supe de los que se presentaban como voluntarios y “compraban” la idea casi sin preguntar; conocí a los que después de laburar todo el día la seguían en la casa hasta la madrugada puliendo la operativa soñada. Supe del que exprimía su cabeza buscando la idea innovadora para impactar a los corredores. Colaboré con el que pasó horas en Internet tratando de desentrañar lo que sentirían al correr nuestra carrera un Rai, un Pollito, una Luz, un Tubino, o un Lapaz.
Estuve al lado del que leyó por primera vez esa gran travesura del genial Marciano Durán y se le cayó una lágrima (o fui yo y no me animo a confesar...).
Vi como alguien se tomaba el trabajo de conseguir una foto de cada camiseta para así todos los del Staff, del primero hasta el último, podían saber quiénes eran los Chasquis, los Halcones, los Rojos, los de Sayago Running (los grandes y los Pibes) o los Coyotes.
Me emocioné con cada “bienvenidos” que sentí pronunciar.
Felicité a cada uno que le arrancó una sonrisa a alguien que se sintió “mimado”.
Me fortalecí cuando conocí a Eduardo o a William.
Me sentí radiante cada vez que un ser anónimo me levantaba un pulgar en señal de aprobación.
Atesoré cada palabra de aliento y traté de mejorar ante cada crítica.
Y una noche me acosté extenuado, pero reconfortado...eso sí, ya pensando en el año que viene.
Por eso ahora puedo entender mejor este mundo.
Entiendo por lo que están pasando los Corredores del Este trabajando con profesionalismo para recibirnos en su Media. 
Reconozco la sinceridad y amabilidad de los Corredores del Prado cuando con una sonrisa te decían en Marzo que te esperaban en Noviembre.
Y deben haber mil seres más en esa misma situación.
Dejé por un rato el traje de organizador para ponerme de vuelta la camiseta de corredor (la de Invasores, por supuesto).
Pero volví más consciente.
Ahora valoro como nadie cada minuto que invierten personas como yo en esto de recibirnos con una gran propuesta.
Saldrá bien o saldrá mal, no importa.
Importa que se intente.
Ni por casualidad miro de reojo lo que los otros tienen para ofrecer.
No!
En cambio ofrezco respeto.
Corro en Montevideo, pero también, los kilómetros de distancia ya no me frenan para correr afuera.
Ahora acepto halagado ese número en bolsita de nylon para que no se desintegre con mi sudor.
Agarro cada volante que me llega y por amabilidad leo hasta el dato de la imprenta de costado.
Reconozco las noches en vela de gente preparando las cajas con los chips ensobrados con nuestros datos exactos.
Admiro a las mujeres con la fuerza de un hombre al momento de levantar tablones, caballetes o fundas de botellas de agua.
Ayudo al que desafía el vértigo subido a esa escalera atada con alambre colgando los carteles de los kilómetros.
Distingo al que no se asusta por tener que colgar las mil banderas que traen los sponsors.
Me quedo tranquilo con el de la ropería que cuida mi mochila como si fuera un diamante.
Le regalo un sonoro “Gracias” a ese niño que te arrima el agua con expresión de estar salvándote la vida.
Me pongo codo a codo con el inspector de tránsito que se lleva de regalo la puteada de ese conductor porque “a quién le importa esta carrera de mierda”.
Aplaudo a los que aplauden a nuestro paso y sin saberlo organizan una claque anónima de rostros desconocidos, pero que desde nuestro esfuerzo los vemos cálidos y familiares.
Valoro a rabiar al que nos mira como bicho raro sin entender qué nos mueve a correr pero pone su brazo incondicional para dejar todo en su lugar.
Miro con agrado a esos organizadores espontáneos que con los chorros de sus mangueras de jardín coordinan sin saberlo uno de los servicios más preciados por los corredores.
Celebro a los corredores que organizan “su” carrera y se muerden los labios con impotencia cuando ven que todos largan y ellos se quedan.
Me rindo a los pies de los que se exponen a que los juzguen sin siquiera haber podido mostrar lo que tenían para ofrecer.
Perdono a los ladrones que roban horas de estar junto a sus hijos, esposas o maridos en pos de que todo salga como lo habían planeado. 
¿Quieren que les diga algo?
Haber estado del otro lado del mostrador me ha llevado a disfrutar aún más este deporte, porque ahora sí se lo que este deporte vale.
A todos los organizadores de eventos de atletismo de calle mi más respetuosa y sincera reverencia por el esfuerzo de complacer al fascinante mundo de los corredores...
Fuente: http://invasorescorredores.blogspot.com/search/label/Organizar%20carreras
Mientras vengo bajando la escalera desde CTI al piso 2 (donde estan los pacientes neurológicos) veo una megahiper nube que deja el horizonte negro, minutos después caen osos polares de punta.
Tubino y Rai me avisan que se suspende la San Felipe…pienso en los prótidos vacunos nuevamente y me dan ganas de llorar. Pero ta, como siempre, hay cosas peores.
Para desquitar hice una lasaña criminal y me mande dos platos espectaculares. Además, en venganza, me iba a comer todo en el asado del domingo al mediodía porque mi otro cuñado cumplía años.
Domingo 20: me despierto a las 9.20 y me apronto para arrancar a la carrera organizada por Ruteros 60 en el parque Rivera. Me imagine que iba a haber mucha gente que se quedo con las ganas de correr la San Felipe. Le di la mema a Joaquina y deje que mi mujer descansara un ratito mas (se lo merece, el 99% de las veces se levanta ella..no suspiren, no soy el marido ideal).
Me pongo la remera Sayaguense y arranco al parque Rivera. Cuando llego no hay mas de 10 competidores, es más, mi número era el 8.
Con la consigna de pasar un rato entre amigos y sacarme el vicio de correr, no me importaba si eramos 8.
Con los minutos empezó a caer gente y nos juntamos cerca de 25 personas de Ruteros, Los Rojos, Defensor, corredores con camisetas de la San Felipe, la Nike 2009 y otras agrupaciones que no recuerdo y pido disculpas por no mencionarlas. La presencia mas esperada: el corredor estrella, segundo al mando de Centralvin Runners....
La inscripción era gratuita pero había que llevar algo para brindar y un vaso. Cumpli llevando una sprite y el vasito de vidrio clásico.
A las 11.15 arrancamos los 20 y pico que eramos. El ganador estaba cantado: Franco Forestier.
Asi que como el 100% de las carreras en las que participo, la hice para divertirme y pasar bien. Arranque con la Elite en la primer fila y fui toda la carrera en 5 posición. El recorrido es precioso, alrededor del lago, totalizando unos 1750 metros por vuelta con un total de 3 vueltas. Cada una las disfrute como nunca, disfrutando cada paso, mirando el lago. En la última vuelta, ya venía medio cansado (el nivel de lasagna en sangre seguía elevado) y Gretel de Ruteros me paso faltando menos de 500 metros y me sacó unos cuantos metros de ventaja (entre 46 y 49 según mi ojímetro). Así que llegue en 6 lugar de la general, 5 de la masculina y primero de la categoría “Hombres de mas de 35 que en circunstancias normales no puede correr ni el Bondi pero sin embargo se anota para correr en cada carrera que puede”.
El ganador puso 17 minutos y poco, yo metí 25.03 según el registro oficial.
Después de que llegó el último corredor se entregaron trofeos a los 3 primeros hombres y 3 primeras mujeres y pasamos a brindar con agua, coca, nix, H2O!, sidra y patricia. Los anfitriones se la jugaron y nos convidaron con unas masitas y todo.
La verdad, un gusto correr esta carrera de entre casa, pero de las que ojala hubiera una cada semana. Sin lujos, sin gastos para los organizadores, casi que cada uno se llevo el agua..
A los Ruteros: muchas gracias por la carrera, por la amistad, por la buena onda y por el brindis entre amigos.
En la foto guille es la tercera desde la izquierda.
Fernando Martinez Benia.
A continuación Cronica y como anecdota las posiciones de una reunión entre amigos:
