Claro, empiezan las vacaciones y es entendible que las maestras tengan la oportunidad de ir a las termas, y que los niños tengan derecho a descansar y estar todo el día en casa, aunque eso sea motivo de cansancio para madres, padres, tíos y abuelos, dejando pocas ganas de entrenar y menos de correr los domingos de mañana.
Para colmo mientras los cines y teatros se desviven en decir que en sus salas el aire circula libremente, desde el Ministerio de Salud Pública se aconseja no asistir a lugares cerrados con aglomeración de público, je! je! son tan lindos los shoppings en vacaciones de julio, y los cines con ese olor pop y los pisos todos pegoteados, una pena no poder ir, hay que cuidarse de la gripe che!
Tendremos que visitar por enésima vez el zoológico, siempre y cuando no llueva, o ir al Parque Rodo de tarde para subirnos al gusano loco o pedalear un ratito en las lanchitas del lago mientras esquivamos patos.
De entrada las vacaciones empezaron con elecciones internas, en un día con mucho frío y sin muchas opciones que generaran expectativas era más entretenido quedarse pegaditos a la estufa que salir a votar, tirando por el piso las estimaciones de las empresas encuestadoras que pronosticaron muy mal el porcentaje de votantes.
Los otros resultados ya los habían pronosticado hasta el cansancio varias semanas antes.
Un viejito de 74 años que supo ser guerrillero, disputará la presidencia con otro viejito de 68, que ya fue presidente de uno de los gobiernos más corruptos del siglo pasado. Mientras, dicen que la renovación en la política de este país viene de la mano del hijo de un dictador, que claro, no tiene la culpa de lo que hizo el padre, pero si de apoyarlo en cada instancia que su papi se presento a la justicia, claro, mucho apoyo al viejo pero por las dudas usa lo menos posible el apellido.
Conocidos estos resultados los contrincantes de un partido no tardaron más de un par de horas en olvidar mágicamente sus diferencias y acomodar el cuerpo para no quedar afuera del reparto de cargos, por el otro lado siguen por ponerse de acuerdo, tal vez están esperando que uno de los viejitos se cure de sus nanas para poder salir en la foto dándose un abrazo con su antes contrincante y ahora compañero de formula.
Por suerte no se nada de política, supongo que se nota, y por ahora mi gran preocupación es seguir metiendo kilómetros por la rambla, a la espera de nuevas carreras.
Eso si, bien abrigado.
Cesar Tubino.
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