Ya comente en una crónica que la primera vez que corrí “en serio” fue la Nike 2008.
Para mi hubiera sido muy importante poder correr esta, para ver si tuve o no progresos a lo largo de este año.
Sin duda que hice progresos: bajé casi 5 minutos mis tiempos para los 10k desde esa primera Nike, me uní a Sayago Running y ya deje de ser un “paria” para integrar la elite de la AAU (en broma, se entiende??), hice un montón de amigos y compañeros de ruta (esto es en serio, momento emotivo), corrí cerca de 20 carreras en lo que va de este año de actividad, me siento mucho mejor, me canso mucho menos cuando termino los 10k, corrí mi primera media Maratón… yo que se.
Un montón de cosas buenas pasaron.
Por eso, correr esta 10k, para mi tenía mucha importancia emocional.
Pero cosas del destino, me toco guardia en el hospital regional de Tacuarembó.
Mis compañeros de Sayago saben (pero capaz que lee la nota alguien que no sea del grupo y mas vale aclarar) que soy médico y dentro de mi práctica estoy especializado en neurocirugía.
Para los que no saben, no es neurología, ni los neurocirujanos somos neurólogos que operamos. Somos bichos diferentes a los neurólogos y nos dedicamos a cirugía del cerebro, la columna y la médula.
Estaba este sábado sintiéndome medio desgraciado y con “abstinencia rutera”, sollozando por mi ausencia de la Nike, cuando decidí ir a ver los pacientes internados por causas neuroquirúrgicas.
Si son fáciles de impresionar, no lean, ta!!
Empiezo por cuidados intermedios:
Cama 1, accidente de tránsito, trauma de cráneo grave.
Le hablo y parece buscarme con la mirada, pero no parece entender lo que le digo.
Está flaco porque lleva casi 20 días entre el CTI e intermedios.
Cama 2, 50 y pocos años.
Postoperatorio de un tumor frontal, lo examino y esta bien, con fuerzas iguales en los brazos y las piernas, la herida esta bien.
Le pido una tomografía y le digo que parece que el tumor salió todo.
El hombre me mira y se pone a llorar.
Por mas que yo no lo operé, me agradece la buena noticia llorando.
Cama 4, mujer joven, accidente de tránsito con una contusión (foco de sangrado intracerebral) cercano al área del lenguaje.
Tuvo un traumatismo severo en un ojo (el derecho), y al principio no veía nada.
Luego comenzó a mejorar.
Ahora tiene algunos trastornos del lenguaje (se expresa con dificultad) y hace 10 días que no se levanta de la cama.
Me voy al cuarto, tomo unos mates y arranco al CTI.
Espero que haya menos pacientes internados.
Cama dos, lo damos de alta!! Si, el hombre está bárbaro, se opero de un hematoma extracerebral y evolucionó bien.
Otro mas que agradece que se va a sala general y puede estar acompañado por su familia.
Sale en la camilla, sentado y saludando a todas las enfermeras y nurses como si fuera Rosa Luna desfilando en el carnaval.
El CTI mismo parece un carnaval, se ven caras de alegría y sonrisas para este hombre que sale del CTI sin ninguna secuela.
Cama 3…ni contar, accidente en moto, esta sin reactividad neurológica y no pensamos que viva mucho tiempo mas.
Es un hombre joven...lo miro por afuera y no puedo creer (aunque llevo 9 años en esto desde que empecé la residencia) que este tipo es 99% seguro que se va a morir.
Cama 4, 40 y pico de años, otro conductor de moto sin casco, esta intubado pero cuando lo llamo intenta abrir los ojos.
A este le va a ir mejor...
Cama 6, menos de 20 años.
Tiene el brazo izquierdo amputado y un traumatismo craneano grave del que se viene recuperando.
Pregunto porque le amputaron el brazo y la nurse me dice “Porque lo tenía destruido, igual que el otro muchacho que esta en el CTI de la mutualista, los amputaron a los dos”.
Ahí me conto algo que no puedo creer todavía: es la moda que dos tipos se ponen frente a frente en sus motos, separados por una cuadra de distancia, aceleran a fondo y el que desvía la moto primero pierde.
Se levantan apuestas… por eso ninguno de los dos quiso desviar y terminaron los dos amputados y graves en el CTI.
Esto ultimo fue muy fuerte para mí.
Me fui a mi cuarto, tome un par de mates mas y pase por pediatría.
Allí veo una niña de 6 años, operada por un tumor, con una sonrisa enorme.
Es de la frontera y me habla en “portuñol”.
Nos entendemos bien, nos reímos juntos, le hago un chiste, le cuento que tengo dos hijas y ella me pregunta como se llaman.
Conversamos un rato más y me voy.
Comparo las situaciones de dos jóvenes que retan a la muerte por gusto y la jugada les sale mal. Trato de entender que pensaban antes de hacer eso, y que pensaran cuando se despierten y se vean sin un brazo.
Repaso en la cabeza mi charla con una niña que se operó de un tumor encefálico y me espera con una sonrisa.
Recuerdo el llanto del hombre que agradece que se le operó un tumor.
Me doy cuenta que soy un privilegiado y que perderme la Nike es un precio baratísimo que tengo que pagar por hacer lo que me gusta.
Me acuesto en la cama, miro al techo y recuerdo una paciente del Clínicas, que se operó por un quiste encefálico.
La veo en la policlínica y me pregunta cuando puede empezar a hacer ejercicio.
Le pregunto que tipo de ejercicio y me dice que le gusta correr.
Que coincidencia, a mi también, le digo.
Conversamos largo rato sobre como entrenar, que carreras son mas lindas…en fin, todas esas cosas que quienes corren saben…me encuentro con una compañera de ruta en esta situación y me doy cuenta de que tuvo mucha suerte con su cirugía.
Ella también es conciente.
Nos despedimos con un beso y un abrazo con ella y su esposo.
Esperamos vernos en alguna carrera.
Hoy me doy cuenta por vez número 578 que soy afortunado de estar vivo y de tener a mis hijas bien.
Tengo que agradecer que tengo una familia que me apoya en mis locuras y que todos tenemos salud.
No me quiero poner cursi, pero es bueno que todos, en algún momento miremos alrededor y nos demos cuenta de que podemos estar peor de lo que estamos.
Tenemos que mirar alrededor y veremos muchas cosas buenas, muchos amigos y mucha gente que agacha la cabeza y le mete para adelante.
Disculpen si esto es fuerte, pero quería compartirlo con todos ustedes, tal vez alguno esta pasando un mal momento y esta nota le ayuda a sacar fuerzas de donde sea para seguir adelante.
Un gran abrazo a todos los amigos y compañeros de ruta.
Fernando Martinez Benia