Luego de las dos carreras que reporte en la crónica anterior, he corrido por las mias, pero todavía no en competiciones oficiales. De todas formas, aprovecho a contarles un poco de mi vida en estas márgenes del atlántico. Como siempre, al que no le interese pasa de largo y ni se molesta en leer. En breve espero enviarles crónicas de una carrera para la que estoy anotado.
Corriendo por Paris I: Running con Mickey
Aprovechando que el 12 de octubre era feriado, nos pegamos una vueltita por Paris, pero iniciamos nuestros 6 dias parisinos por Disney Paris. Es que, bueno, uno también tiene que pensar en sus hijos. En realidad hablo como si todo lo hubiera organizado yo, pero fue Natalia que me dio todo el pescado vendido (o sea, todo el viaje organizado).
Llegamos al aeropuerto Charles de Gaulle y al otro dia de mañana partiamos en tren a Disney. No es que sea lejos, pero llegar a un parque de diversiones de noche no es lo mejor, menos aun si el parque cierra a las 18. Por eso nos quedamos en un hotel barato y cercano al aeropuerto. Se ve que miles de personas hacen eso porque es impresionante el numero de hoteles que hay en las cercanías del aeropuerto. Es mas, seguramente es mas barato quedarse por allí y muchos turistas que visitan Paris deben quedarse fuera de la ciudad y viajan a diario a visitarla. Tenia pensado salir a correr, pero la “anatomía” de la zona no era fácil de digerir, sin calles ordenadas y decidi no salir porque seguro que iba a terminar perdido. E imagínense a la saeta madrileña preguntando en francés “Dondé carajé está mi hotelé???”
Al otro dia salimos para Disney, y ni bien llegamos dejamos todo tirado en la habitación del Hotel “Santa Fe” y arrancamos al parque. Yo nunca fui al Disney de Orlando y no soy muy amante de la cultura Disney, pero tengo que reconocer que todo allí esta hecho con dos objetivos clarísimos y que se cumplen. El primero: que usted sea totalmente feliz. Y es asi. Los niños en Disney son las estrellas y disfrutan en serio. Yo pagaría de nuevo por ver la cara de felicidad de Joaquina cuando vio a “kikey” y “mimi” o la hermosa sonrisa de Guille cuando se saco una foto con Aurora. Los juegos del parque son temáticos y super bien hechos en base a los personajes clásicos y actuales de este imperio de la diversión. Como la montaña rusa de Indiana Jones, o la montaña rusa con animaciones 3d de viaje a las estrellas (a esta me subi yo y después Natalia porque niños no pueden subir, pero no me la perdia ni loco). En fin, podría abundar en detalles que no vienen al caso y no quiero aburrir, pero en serio que vale la pena viajar con nuestros hijos a un lugar asi, porque si nosotros no nos “comemos la pastilla” de Disney, los niños siguen teniendo mucho de inocentes y verlos felices vale la pena cualquier esfuerzo.
El segundo objetivo de Disney es exprimirte hasta el ultimo euro-dólar-peso que tengas encima. Los gurises no pueden mantener los ojos quietos cuando entran a las tiendas, y hay una atrás de la otra. Si señor, una atrás de la otra y obviamente, en relación con el area del parque que estes visitando. Si uno va a la montaña rusa de Indiana Jones, al bajarse y salir, pasa por una tienda donde esta: el muñequito de Indiana Jones, el látigo, el revolver, la escopeta, la medallita, el sombrero, la camisa, la corbata….y de tanto entrar y salir de docenas de juegos de princesas, Aladino, Pinocho, Donald, etc, algo terminas comprando.
Nosotros les compramos un vestido de princesa a Guille y otro de princesa de Hallowen a Joaqui. Hice cruces de comprar esos sombreros con orejas que usaban cientos de boludos en el parque…pero al final, también entendí. Cuando entre, pensaba “Y ese gordo boludo que hace con las orejas de Mickey puestas!??!”. Cuando vi 150 tipos asi, me di cuenta que yo mismo me las pondría, porque es una forma mas de compartir cosas con nuestros hijos (aunque mantengo mi opinión de no ponérmelas salvo que sea absolutamente necesario).
Ta, todo lindo con Disney…y el running pa´cuando?!?!?!?!
Siete de la mañana suena el despertador, Martinez se levanta (luego de despertar a su mujer que lo puteo hasta en arameo), se pone calzas, remera térmica y sale a correr por el exterior del parque Disney. Corrí unos 12k entre los pasajes, lagos y arboles del parque. Me cruce patos, cientos de pájaros cantando y liebres corriendo por el pasto mojado por el rocío. También me cruce con varios “locos que corren”, casi todas mujeres. Calculo que como yo, habrían dejado durmiendo a sus hijos con su pareja y salieron a quemar calorías por el parque. El entorno es muy natural, a pesar de notarse claramente la mano del hombre que trazó donde crecen los arboles y donde no. Pero luego, la naturaleza hizo lo suyo e invadió de vida propia al parque, porque los pájaros y las liebres imagino que llegaron por cuenta propia. Ahora que pienso, capaz estaban buscando a Blancanieves y yo no la vi….
Corriendo por Paris II: Running y cultura.
Paris, la ciudad luz. Que ciudad mas linda!!!. Amplia, con historia, con terrible onda. Me encantó. Llegamos a Paris en tren y fuimos al apartamento que alquilamos por 3 días. De camino nomás, nos cruzamos con el edificio de la Opera de Paris, que es impactante. Llegados al apartamento dejamos los bolsos y salimos. La verdad, un golazo desde tres cuartos de cancha al ángulo porque estábamos a pocas cuadras del Louvre, Palacio Real y otras zonas de interés cultural e histórico. Para que aclararlo: el remate certero fue obra de mi mujer.
Nuestro primer día fue un sábado y caminamos como anormales. Fuimos a los parques que rodean el Louvre y vimos en carne propia la pirámide de la entrada, si, esa mismita que aparece en “El código Da Vinci”. Nos sentamos un ratito a comer en el pasto del parque (lamentablemente optamos por la conocida cadena “alimenticia” de Don Ronald porque lo que se dice comer, es realmente caro en Paris). Después salimos a caminar por la Plaza de la Concorde, la Rue de los Campos Eliseos (Les Champs-Élysées) y llegamos al Arco del Triunfo. Ambos lugares son archifamosos porque están las tiendas mas distinguidas y caras, pero además, porque allí termina el Tour de France. En la avenida de los campos nos cruzamos con un desfile que estaba a punto de comenzar, y que terminaba debajo del arco, en la tumba del soldado desconocido. La tumba del Soldado desconocido fue instalada bajo el Arco de triunfo el 11 de noviembre de 1920. Se trata de un soldado no identificado (probablemente francés), muerto en la batalla de Verdún, y que representa a todos los soldados fallecidos durante el transcurso de la Primera Guerra Mundial.
Ya estaba cayendo el atardecer a todo esto y lo vimos desde arriba del arco. Desde allí, la vista de la ciudad es hermosa y vimos (ví en realidad) por primera vez al símbolo de Paris: la Torre Eiffel. Su silueta se recortaba al otro lado del Sena y el espectáculo de verla en el atardecer, aunque fuera de lejos, fue irrepetible. Ya cansados hicimos el camino inverso en la noche y pudimos ver el arco iluminado en la noche.
Lluego de cenar en familia me dispuse a ver el mapa de Paris con Natalia que me oriento, y tracé la ruta. A las 7 de la mañana del domingo sonó el despertador, me vestí y salí a correr por Paris. Muy brevemente debo explicar que la ciudad esta atravesada por el río Sena y nosotros estábamos en la margen derecha. La torreEiffel esta en la margen izquierda. Allí estaba mi objetivo. Salí del apartamento, fui hasta el Louvre, todavía en penumbras, volví a ver la pirámide y me dirigí hacia el Sena. Corrí por la margen del río contando los puentes que iba pasando ya que mas o menos había calculado en que puente tenía que cambiar de margen para llegar a la torre. Al final, tentado por ver el otro lado del río crucé antes. Como breve aporte cultural, la torre Eiffel fue construida por el ingeniero Gustave Eiffel para la exposición mundial de 1889 y fue el edificio mas alto del mundo hasta que se hizo el Empire Estate. En principio, parece que a Don Gustave le llovieron las críticas por haber hecho un soberano mamotreto de hierro, pero rápidamente comenzó a cosechar elogios y hoy, no hay duda de que es uno de las construcciones humanas mas imponentes y reconocidas.
Hacia allí corría un servidor, con el corazón palpitando de la emoción, pero sin poder ver la torre por la altura de las iglesias y edificios que dan al Sena. De pronto me cruzo con tres columnas luminosas de color azul, rojo y blanco en la cual estaban circulando sin interrupción nombres. Me paré un segundo a ver que era y leo que es un homenaje a todos los hombres y mujeres que murieron en las guerras de Argelia, Marruecos y Tunez. Los nombres de todos aquellos soldados que pudieron ser identificados desfilan sin interrupción como un reconocimiento a través del tiempo y con los colores de la bandera francesa. A los pocos metros……pahhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!!!! Apareció la Torre!!!
Que les puedo decir….es enorme, impactante, hermosa. Recién estaba saliendo el sol y el contraste de la silueta de la torre con el claroscuro del amanecer, valió la pena el frio que pase. Corri alrededor de la torre, me paré debajo, caminé admirándola…. Fue un momento mágico y emocionante el reunir el gusto de correr con la torre.
Pero luego caigo en que parte del acceso a la torre esta cerrado y mientras pasan los minutos veo mucho movimiento, música…no me digan que..
Si, la puta madre!!! Había una carrera el domingo saliendo desde la torre Eiffel!! Vi luego los anuncios y me entero que se estaban corriendo “Los 20k de Paris”. Me quería matar, ni se me ocurrió entrar en la web a ver si había running en Paris el fin de semana que iba a estar allí, pero se me piantó un lagrimón cuando ví eso. Ni idea de a que hora salía, del recorrido, etc. Así que emprendí el retorno cruzándome con compañeros “de rue” franceses que concurrían a la carrera. Crucé hasta el Trocadero, enfrente a la torre pero del otro lado del río para darle una última y maravillosa mirada. Emprendí el regreso por calles que no conocía, pero dirigiéndome hacia el Arco del Triunfo. Nuevamente me impactó cuando lo vi con otro contraste de luz y retorne al apartamento (por supuesto que me perdí y estuve 20 minutos corriendo en parte y caminando otro poco, preguntándole como llegar a mi morada a los pocos franceses que estaban a esa hora en la calle).
Luego del desayuno salimos a pasear en familia y nos trazamos un itinerario muy ambicioso: la Saint Chapele, Notre Dame, El Panteón, el barrio latino, jardines de Luxemburgo y la torre.
Llegamos a la torre de lengua afuera y tarde. Pagamos los 11 euros que cobran por subir hasta el punto mas alto y si bien son unos cuantos pesos, vale la pena el gasto. La vista de la ciudad desde el tope de la torre es sencillamente espectacular. Y por suerte, subimos al atardecer, asi que el paisaje resultaba incomparable. Las frutillas sobre la torta fueron dos: en los 4 puntos cardinales están marcadas las ciudades que se encuentran en esa dirección y a que distancia están. Y bueno, si, estaba Montevideo a poco mas de 11.000km..es cursi, pero lejos de la patria, ver la bandera del sol y las 9 franjas es emocionante. Y para Guillermina más aún.
La segunda frutilla fue que bajamos de la torre faltando 5 minutos para las 20 y la torre se ilumina 10 minutos cada hora en punto con una serie de luces que destellan. Así que quedamos los 4 hipnotizados por 10 minutos mirando la obra de Don Gustavo. El espectáculo fue tan lindo que ya volviendo de Paris le pregunte a Guille que le había gustado mas y me dijo “la torre Eiffel iluminada”.
Al otro día, nuevamente a las 7 salí a correr. Esta vez decidí correr para el lado contrario a la torre, rumbo a Notre Dame. Como pequeño aporte cultural (yo lo pongo y al que no le interese, que no lo lea), en el Sena hay dos islas: la Ile de la Cite y la Ile Saint Louis. Leí por ahí, que la Ile de la Cite (o Isla de la Ciudad) estaba habitada por una tribu Celta, llamada tribu de los Parisii. Esta tribu construyó en la isla una ciudad a la que llamaban Lutecia. Por el año 50 (no me acuerdo si AC o DC, sepan vuestras mercedes disculparme), unos muchachos muy simpáticos que se llamaban los romanos, conquistaron a los Parisii y les hicieron pomarola la ciudad. Unos 400 años después, los propios romanos llamaron a esta ciudad Paris en honor (o recuerdo, yo que se) de los Parisii. O sea que la Paris actual nació en esta pequeña isla del Sena y luego se extendió. En esta isla esta Notre Dame y hace relativamente poco, mientras excavaban debajo de la catedral encontraron un altar celta y restos de algunas construcciones romanas.
No comente nada antes, pero Notre Dame es preciosa. Por eso me pareció que se merecía otra vista, pero esta vez al amanecer. Le di la vuelta a la catedral, la volví a mirar y cruce el puente que une la Ile de la Cite con la Ile Saint Louis, para luego volver “a tierra firme”. Complete la distancia que me había planteado y di la vuelta. Como siempre, la vida tiene una sorpresa para darnos (y por suerte esta vez era agradable) y vi la parte posterior de la catedral con sus arbotantes, bañada por el resplandor anaranjado del amanecer. Disfruté conmigo mismo ese momento y me lamente de no tener el conocimiento suficiente para poder entender, al menos en parte, la simbología de los tallados de la catedral.
Mi última mañana de running parisino fue el martes, gracias al paro general del 12 de octubre que me obligó a cambiar mi vuelo de retorno a Madrid. Esta vez, fui hasta Les Invalides y por última vez hacia la torre Eiffel. Les Invalides es un imponente edificio que mandó a construir el rey Luis XIV en 1670, con la intención de que las instalaciones ofrecieran cobijo a los veteranos inválidos de guerra que quedaban sin hogar. Hoy alberga algunos soldados en esas condiciones, museos, una iglesia y los restos de Napoleón Bonaparte. Le pasé por el frente y ví también un precioso monumento a la paz. Estos franceses son increíbles….un monumento a la Paz frente al lugar que cobija a los lisiados y desprotegidos que deja la guerra. Mas claro ponele agua..
Como comenté, luego me fui hasta la torre, le saque un par de fotos con el celular, corrí por los jardines de los campos de marte y emprendí el retorno al apartamento.
En total, en 3 días en la ciudad de Paris corrí 40km y caminé otro tanto (o tal vez mas) en la tarde empujando el carrito con las niñas. Pero no tengo dudas: valió la pena.
Ya volviendo, en el avión, me puse a pensar de todas las emociones y sensaciones que he vivido gracias a este vicio que se llama running. Si no tuviera esta excusa, jamás me hubiera levantado a ver un amanecer en el Sena, o no hubiera visto a Notre Dame pintada de naranja.
Fernando "Doc" Martinez
No hay comentarios:
Publicar un comentario