miércoles, 25 de marzo de 2009

A propósito de la crónica de Rai

Comparto muchos de los comentarios del capitán, pero me siento en la obligación de dar mi punto de vista, no para generar polémica sino para mostrar que no todo es blanco o negro. Está escrita con un enorme aprecio hacia este “hermano de locuras” que la vida me ha dado, y espero que así se entienda.

La organización de la carrera fue muy buena. Pero no podemos olvidar que se trataba de Maroñas (Hípica Rioplatense) y Samsung, que unieron esfuerzos para organizarla. Si no hubiesen permitido usar las instalaciones del hipódromo para estacionar y que los acompañantes asistieran al espectáculo, hablaría muy mal de ellos. Sería como organizar una fiesta en casa, en la que los invitados pagan el precio estipulado, y no permitir que usen nuestras instalaciones ...
La hidratación a cargo de Nativa también fue muy adecuada. Es otra empresa que aportó lo suyo, incluso con el logo con motivo de la carrera. La seguridad durante todo el recorrido fue muy adecuada, extremo donde las empresas involucradas deben haber hecho sus gestiones ante la IMM y obtuvieron la respuesta necesaria. Lo mismo con la emergencia médica, que casi seguramente no cobró nada por sus servicios con tal de que sus ambulancias salieran por VTV.
¿Es lo mismo si lo hacemos desde el Gimnasio Sayago? ¿O desde COVISUNCA o Villa Española? ¿Obtendremos los mismos apoyos? ¿Tenemos la misma cantidad de gente para apoyar en todas las actividades? Por eso, creo que es bueno destacar lo muy positivo de la experiencia, pero también ponerlo en sus justos términos. Estas empresas se aseguran una presencia de las camisetas con su logo, durante un buen tiempo en cuanta calle existe. No es poca cosa.
No me gusta opinar sobre los costos de las carreras, pues soy de los que pagan el precio que se estipula. El día que no esté de acuerdo con eso o no pueda pagarlo, no corro y listo. Es mi forma de defender mi derecho. Por eso, me anoto en cuanta carrera hay, y disfruto tanto de la de COVISUNCA, Villa Española o Parque del Plata, como de la Nike, la San Felipe y Santiago o Maroñas.
Un capítulo polémico es el del cubano Rojas. Es imposible no mezclar política y deporte, pues son actividades que están íntimamente ligadas. Respeto enormemente su trayectoria, pero también quiero respetar los indudables méritos de Nicolás Cuestas por ejemplo. No hay dudas que hacer una carrera como atleta en un país como Cuba, es diametralmente diferente a hacerlo en Uruguay. Rojas dedicó gran parte de su vida a prepararse y competir, llegando incluso a hacerlo en Olimpíadas, y para ello contó con toda la infraestructura y apoyo que los cubanos le dieron. Sin dudas está sacrificando mucho al abandonar su país y pasar a residir en otro.

Pero no olvidemos que ese país enfrenta un bloqueo económico –condenado por casi todos los países, entre ellos Uruguay- desde hace casi 50 años. No se pueden trasladar situaciones tan complejas, y por tanto es lógico que surjan cuestionamientos. ¿Hasta dónde podría llegar Nicolás Cuestas o Eduardo Gregorio o Washington Veleda, o tantos otros, si únicamente tuvieran que dedicarse a entrena y vivir de “atletas”? ¿Nos dejará enseñanzas Rojas, o tendremos que acostumbrarnos a que llegue más de un minuto antes que cualquier sacrificado uruguayo que “sobrevive” y entrena cuando puede? Por eso, respeto a Rojas, pero también respeto a los sacrificados “locos que corren”, y creo que estos últimos tienen más méritos.


No todo es “blanco o negro” en esta vida, sino que hay matices.



Jorge Xavier.

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