El sábado pasado se corrió la Reebok, nuca la corrí, y esta vez tampoco tenía ganas, no es un tema de principios, si me gusta la carrera y la quiero correr no tengo problema en pagar, en este caso simplemente no tenía ganas.
Son tantos a los que escucho criticar estas carreras pero que igual las corren. En fin, igual me subí a la bici y fui a ver correr a los demás.
La verdad, me pareció, vista de afuera, una carrera medio pelo, con poca gente corriendo para lo que yo esperaba y con menos gente alentando, sobre todo en la llegada.
Lo peor de todo, las mentiras de los diarios con respecto al número de participantes, seguramente solo recibieron un comunicado de los organizadores y ni se molestaron en confirmar si era verdad o no, de alguna forma hay que pagar los canjes publicitarios.
Por suerte al otro día, una de esas carreras en las que vale la pena estar, organizada por gente que piensa en el corredor y aparte de promocionar su empresa, brindar la posibilidad de colaborar con instituciones que siempre precisan una mano.
Los 7K Perrín son una cita indiscutible del calendario anual para los corredores enfermos como nosotros, impecable la organización, buenísimo el recorrido, y sobre todo la buena onda de los anfitriones que por suerte se contagia a todos los presentes.
Este año hizo un poco de calor, y con los kilómetros que traía la mayoría por haber corrido el día anterior en Carrasco, o la semana anterior en Buenos Aires la carrera se transformo en algo pesado para todos, incluso para mí, un tipo muy entrenado que solo había hecho unos 30 km de bicicleta la jornada anterior.
A pesar del calorcito y del cansancio, hice lo mismo que al año anterior, una vez terminada la jornada deportiva, aproveche la cercanía de la feria de Piedras Blancas para recorrerla tranquilamente.
Aunque esta vez no encontré ninguna oferta interesante, estas caminatas siempre sirven para distenderse de los problemas que todos tenemos, las cuentas, el trabajo, los amores, los hijos y hasta el perro. Si hasta el perro puede ser fuente de preocupación.
Tengo el caniche deprimido….., a un año de nuestra separación el perrito sigue mal. La veterinaria ya me explicó que la falta del macho alpha, ósea su referencia, ósea yo, lo deprime y le baja las defensas.
Pucha!, nunca me puse a pensar que podía llegar a ser la referencia de un caniche, menuda responsabilidad, ahora aparte del psicólogo de mis hijos tengo que conseguir uno para el perro.
¿Tendré que negociar un régimen de visitas y la pensión alimenticia para ver si mejora?
La veterinaria ya me dejo el número de teléfono de un profesional especialista en estos casos, y aprovechó para opinar que la única solución para que el perro estuviera bien, era que yo volviera a vivir con él.
Pobre perro, seguirá extrañando.
César Tubino.
2 comentarios:
Excelente crónica!! Ya se me ha hecho costumbre, llegado el viernes y ya muy próximo el tan indeseado para mí fin de semana, tomar la merienda mientras las leo.
Me resultan interesantísimas. Y un repaso fugaz por una semana que muchas veces se me hace muy familiar...
Muy buena la crónica!!!la que sí estuvo buena fue la gt en bicicleta(60k)) saludos!gaby
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