Ya intuíamos que esto del sexo no estaba nada mal, pero es que encima cada vez existen más pruebas científicas que nos hablan de los efectos positivos que tiene sobre nuestro organismo.
¿Acaso necesitabas más excusas para practicar tu deporte favorito?
Después de una atlética sesión de sexo con tu pareja, la piel luce más joven, el pelo se vuelve brillante y lleno de vida y tus ojos centellean con picardía.
Todo es debido al incremento de la circulación sanguínea durante el orgasmo.
Aparte de estos beneficios externos aparentes, una buena sesión de cama consigue bajar la tensión, reducir tus niveles de estrés y hasta mejorar el funcionamiento de tu sistema inmune según los estudios más recientes.
Esta comprobado que una intensa sesión de sexo con tu pareja ayuda a aliviar los dolores articulares y musculares, así que si sueles tener agujetas ya sabes lo que hacer para acabar con ellas.
¿Qué prefieres: hacer series o…?Como entrenamiento tampoco está nada mal ya que un buen revolcón de una hora puede conseguir que quemes hasta 300 calorías, mejorando tu musculación por el camino.
La cosa está en aguantar la horita entera, pero como con todo entrenamiento, cuanto más practiques, mejor lo harás. Es un excelente ejercicio aeróbico que reforzará tu capacidad cardio respiratoria de la manera más amena imaginable.
Al estimular el trabajo de todo el organismo incluyendo el hormonal, el sexo puede que también nos ayude a mantenernos jóvenes durante más tiempo según un estudio universitario.
Entrenamiento de calidad como con todo entrenamiento, el mejor sexo requiere algo de esfuerzo y de fortaleza tanto mental como física. Hacer deporte físico te ayuda a elevar tu autoestima y por lo tanto contribuye a que te sientas más atractivo y dispuesto a iniciar el acercamiento.
Al tener más energía también tienes más para dedicarle al sexo.
Además el ejercicio te ayuda a mantenerte más flexible, cosa que puedes aprovechar para experimentar con nuevas posiciones. Y con fuerza puedes mantenerte equilibrado en tus posiciones favoritas durante más tiempo. Por no hablar de lo que puedes aguantar cuando haces deportes de resistencia.
Un reciente estudio realizado por la Universidad de California ha constatado que los hombres de mediana edad que pasan de una vida sedentaria a practicar una hora de ejercicio tres veces por semana notan una importante mejora en su funcionamiento sexual, son capaces de practicar el sexo más a menudo y disfrutan más de sus orgasmos.
Lo mismo se constato entre mujeres de más de 40 años en un estudio del Bentley College de Massachusetts. Así que destierra de una vez el mito de que el deporte deja pocas fuerzas para otras actividades.
Haz especial hincapié en ejercicios para la zona de la pelvis, el abdomen y los brazos para asegurarte que podrás aguantar más tiempo. Las mujeres pueden realizar los ejercicios de Kegel para fortalecer los músculos de la zona vaginal. También es útil para los hombres para prevenir la eyaculación precoz. Lo mejor de estos ejercicios es que puedes realizarlos en cualquier momento sin que nadie se dé cuenta.
Una pequeña pausa. Si a pesar de que siempre te ha gustado el sexo de repente te encuentras sin apetito (sexual, se entiende) no dejes que cunda el pánico. Nuestra libido no se encuentra siempre en el mismo punto.
Existen situaciones que provocan una bajada del deseo, el exceso de estrés y la dificultad de llevar a buen fin todas las partes de nuestras complicadas vidas: el trabajo, la familia o un cambio inesperado pueden trastornar nuestra capacidad de dormir y de rendir en la cama.
Pero no creas que tu caso es único. Al parecer en EE UU un estudio del famoso Instituto Masters and Johnson ha descubierto que la falta de deseo es algo a lo que se han tenido que enfrentar un tercio de todos los americanos en algún momento de su vida.
Una de las formas más efectivas para reactivar tu deseo es el deporte. Sin embargo, si cuando la fuente del estrés desaparece de tu vida notas que sigues sin recuperar tu apetito sexual habitual, es el momento de tomar acción. Acude a un sexólogo para intentar descubrir la razón de tu inapetencia pero no dejes de disfrutar de la intimidad con tu pareja.
Recuerda que el sexo no se reduce única y exclusivamente a la penetración. Y nunca te compares con los demás. Cada uno tenemos una forma muy particular de vivir el sexo, que hace que las generalizaciones no sólo sean imposibles sino que pueden llegar a ser dañinas.
Tú y tu cuerpo sois los expertos que mejor sabeis cuándo necesitas sexo y en qué forma lo quieres. A veces resulta igual de eficaz acudir a un psicólogo, que te ayude a resolver tus problemas fuera de la cama, que acudir al sexólogo para que te “arregle” el problema.
Fuente: http://www.runners.es
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