Finalmente todo terminó bien, pues en algunos momentos temí por la integridad física de Maxi. Una de sus fans estaba muy desenfrenada, por suerte nosotros no tenemos esos problemas, son los costos que hay que pagar por andar tan bien y ser famoso.
Como siempre sucede en este tipo de eventos no faltaron las anécdotas y la planificación de las nuevas actividades, en donde quedó definida la fecha del 4 de enero para ir a hacer el circuito de la Nativa y comer un buen asadito a la vera de un arroyo.
Tampoco faltaron las bromas y las fanfarroneadas de aquellos seres humildes que obstentan las primeras posiciones, por ej el amigo Victor que tomó viento en la bicicleta y no lo para nadie. El aplauso para el asador,como viene sucediendo hace ya un tiempo faltó sin aviso, pero el obstinado Jorge siguió con los chorizos y las hamburguesas sacándolos en tiempo y forma.
Ayá por la mitad de la velada, como siempre sucede se terminó el líquido amarillo y no faltó esa billetera generosa y el alma caritativa que fuera por más eco supra al bolichito de la esquina. Pese a ello destaco la excelente conducta de mis compañeros que fueron cautos en ponerle combustible a la máquina , salvo esos casos que nunca faltan en toda comida, en donde el combustible los hace aflojar y terminan bailando con un bamboleo juguetón, acompañado por un movimiento de brazos pegados al cuerpo y de manos bien abiertas, posición corporal ésta que ya la hemos visto en las carreras, sólo que ahora de manera más exagerada y juguetona.
Sinceramente daban ganas de seguir un rato más, pero todo lo bueno alguna vez tiene que terminar. Destaco la buena disposición de los profes Javier y Fabiana que nos hicieron el aguante hasta tarde, así como también los funcionarios de servicio del Gimnasio.
Pablo Lapaz
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