miércoles, 23 de diciembre de 2009

JOSE LUIS EL CORREDOR


- Que haces, José Luis?
- Como andás, José Luis.
- José Luis, todo bien? Como andamos para esta carrera?
Asi se sucedían los saludos, pero pocos sabían que no se llamaba José Luis sino Eugenio.
Le decían José Luis a partir de que Roque, un compañero de equipo le dijo.
- Pero con tanta cábala para cada carrera parece que sos José Luis Carbajal pero en vez del “Sabalero” sos el “Cabalero”.
Y ahí le quedo, todos los llamaban José Luis, unos pocos le decian el Cabalero y hasta los intimos, en las competiciones le decian Jose Luis.
Es que el hombre se tomaba en serio esas cosas.
El sábado antes de las competencias comía pasta al mediodía y a la cena, los viernes corría 5k exactos y controlando el tiempo kilómetro a kilómetro para no cansarse.
Los días de carrear se levantaba bien temprano y aprontaba el mate. Tomaba 10 mates amargos (contados, 10, ni uno mas ni uno menos) y se ponía la ropa, pronta de la noche anterior.
La noche antes de la carrera abria el ropero, sacaba los championes y los revisaba por dentro, doblaba la remera de su grupo de corredores, ponía el short arriba, las medias mas arriba y por arriba del todo iba el chip y el número de competidor. Se vestía tambien siempre igual: agarraba el chip y las medias, se ponía los championes , luego el short y luego la remera y al final el número. Desayunaba jugo de frutas (un vaso), dulce de membrillo y tomaba un litro de agua de a poco.
Ahí recien despertaba a la patrona y juntos arrancaban a tomar algunos mates mas hasta la hora de ir al circuíto.
Esa semana José Luis (o Eugenio, como quieran), pudo correr poco por cuestiones familiares, tenía una tía vieja medio enferma y no pudo entrenar como siempre.
El viernes salío a correr …y se dio cuenta de que se había olvidado el reloj. Penso en el día y se espantó: viernes 13.
Al otro día al almuerzo viene un tio de la familia y hacen asado. Se fija en la despensa y no hay pasta. Bueno, le toca comer asado.
Sale en la tarde a comprar pasta para la noche y al llegar a la caja del supermercado a última hora, se da cuenta que se olvido la billetera.
Vuelve a la casa desesperado y como lo mas parecido que encuantra a algo mas o menos sano.
Cuando se dispone a preparar la ropa se da cuenta de que le lavaron los championes de correr y estan mojados. Va a tener que correr con los de entrenar.
Se empieza a poner nervioso, no entiende porque no puede cumplir con su ritual de todas las semanas.
Empieza a sentir miedo de que no le vaya bien en la proxima etapa de la AAU, viene bárbaro y se juega una importante parada en la proxima etapa: la numero…13!!!! Algun designio de la naturaleza le esta jugando una mala pasada, no puede cumplir con las cábalas, el viernes fue 13, la proxima etapa es la 13…. Justo ahora que cumple 13!!!!!! años corrienro en la AAU!!!
No!!!
Algo esta pasando, se desespera, transpira, casi llora.
Va a agarrar la remera de su grupo y esta recien lavada porque con la llegada del tio su mujer se olvido.
Al otro dia, domingo, dia de competencia, no le suena el despertador.
Se levanta tarde, no puede tomar los 10 mates, no hay jugo en la heladera!!
No hay nada que pueda salir peor.
Llega al circuito y no tiene tiempo de calentar porque llegó tarde.
El desastre ya esta en camino, hoy seguro que sale de los 10 mejores de su categoria.
Hoy es un dia funesto.
No cumplio con ninguna de sus cabalas que lo acompañan y que hacen que este en el top 10 de su categoria…
Arranca la carrera, las piernas le vuelan, los championes de entrenar le parece que tienen alas, la remera de una de las tantas carreras comerciales parece la vela de un barco embolsando el viento. Corre como nunca y entra primero, por primera vez en su vida: lugar 13 de la general, lugar 1 de su categoria.
No lo puede creer, no sabe si reir o llorar.
Se acerca un compañero y le dice:
- Te felicito, José Luis, que carrerón hermano!!!
- José Luis, no, Eugenio amigo, me llamo Eugenio…..




Fernando Martinez Benia

No hay comentarios: