Mi nombre es Luis Briozzo y pertenezco desde un principio al grupo Sayago Running.
No tuve la idea de fundarlo, ni tampoco se me hubiera ocurrido, pero si fui uno de los pocos que comenzaron en el polar invierno de este año.
Todo empezó en junio y el gimnasio Sayago fue testigo de ello, ya que los primeros miembros realizamos deportes en esa querida institución.
Cuando me dijeron para integrarlo no dude un segundo y enseguida me puse a entrenar con mis compañeros de equipo, sufriendo como dije anteriormente, el frío casi polar que reinaba en ese momento.
Los primeros momentos fueron duros para mí, porque nunca había tenido el hábito de correr. Tampoco me imaginaba corriendo 10 Km, veía muy lejos esa meta todavía.
Empecé a entrenar y desde un momento sentí una unidad muy grande con mis otros compañeros. El frío, la lluvia, el cansancio diario, solamente sirvieron para unirnos y para darme cuenta que correr es una batalla a la adversidad.
Desde un principio tome este desafío como algo que me iba a ayudar en mi vida diaria y así fue, ya que me ayudo a superar dificultades, a tomar las cosas con más calma, a eliminar el estrés cotidiano y darle importancia a mi salud.
Como verán, no estoy nombrando los beneficios que aporta a la parte estética, porque pienso que el deporte no hay que mirarlo como algo que mejora solamente lo superficial, sino que mejora la calidad de vida.
Además de sentirme mejor en general, conocí a un conjunto de personas con una calidad humana extraordinaria que hicieron que este emprendimiento no fuera solo un sueño, sino también realidad.
Entrar en el mundo del running me dio a conocer muchas cosas, una de ellas es saber que existe un campeonato organizado y que no son solo las carreras populares las que sé corren solamente todos los años.
Conocí que detrás de cada competición hay muchas personas unidas que se esfuerzan para brindar una buena competición, como también, seres humanos que buscan y comparten lo mismo que yo.
Mi primera carrera, después de varias idas y venidas, fue en la fecha que organizó la Fuerza Aérea. Era un circuito fácil, lo cual me sirvió para vencer los miedos iniciales que tenia antes de la carrera.
Después vinieron competencias mucho más duras, como la del Cerro con 1,5 k de repecho constante dentro de los 10 k que consistía la carrera. La media maratón de Montevideo, la dura carrera en el Parque Batlle con 32 grados de temperatura, la divertida y complicada carrera en Florida, etc.
Todas tienen un sabor distinto, una satisfacción diferente, principalmente me dejaron la sensación que si uno se propone lograr un objetivo en la vida depende de nosotros mismos conseguirlo, no hay nada que lo impida, solo es cuestión de empezar.
Ahora, si me pregunto un segundo las cosas que el grupo consiguió en pocos meses, no se me ocurre otra palabra que increíble. Esto es no solamente dicho por nosotros, también valorado por los colegas de otras agrupaciones, lo cual le da una importancia aun mayor.
Gracias a todo esto, mi compromiso es mayor con el grupo y conmigo mismo, e invito a todos a experimentar lo que se siente llegar a la meta.
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