Por su composición, las propiedades de sus ingredientes, sus características organolépticas y su bajo contenido alcohólico, siempre tomada en cantidades moderadas, puede ser beneficiosa como favorecedora de una rápida y efectiva rehidratación. ¿Hace una cervecita?
La cerveza está elaborada con ingredientes 100% naturales -agua, cebada y lúpulo- y es una de las pocas bebidas que contiene vitaminas y minerales de forma natural, destacando especialmente las vitaminas del Grupo B y minerales como el fósforo, el magnesio y el calcio; sin olvidar los polifenoles, antioxidantes naturales que participan potencialmente en la protección contra enfermedades cardiovasculares y en la reducción de los fenómenos oxidativos responsables del envejecimiento del organismo.
Lo cierto es que en el ejercicio físico, especialmente el de carácter aerobico como el running, la cerveza aumenta de manera espectacular el consumo de oxígeno por el músculo. Se piensa actualmente que las agujetas y otras molestias musculares pueden tener este origen, siendo recomendable la ingesta de antioxidantes para prevenirlas. La cerveza es una bebida caracterizada por su elevado contenido en antioxidantes, por lo que se plantea que un consumo moderado después de la actividad física podría ser útil para permitir una mejor recuperación después del esfuerzo.
La cerveza forma parte de la denominada "Dieta Mediterránea" y en nuestro país es consumida mayoritariamente de forma responsable, muy vinculada al saludable rito del aperitivo y, cada vez más, a las comidas y las cenas. De hecho, recientemente, la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria ha revisado su Pirámide de la Alimentación Saludable en la que se han incluido las bebidas fermentadas de baja graduación, como el vino, la cerveza o la sidra, de forma opcional y moderada.
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