Con la brisa del mar y la humedad de Miami, José Amado García rompió la cinta colocada en Bayfront Park, en Biscayne Boulevard, para coronarse campeón del maratón ING de Miami.
El fondista nacional, medallista de plata de los pasados Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, ratificó ayer en Miami el buen momento por el que atraviesa, al ganar el maratón en su tercera edición.
La carrera al éxito
Patrocinado ahora por Mineravit, José Amado se volvió a reencontrar con Alfredo Arévalo, su compañero de batalla, y juntos comenzaron la prueba de 42 kilómetros en American Airlines Arena, en Biscayne Boulevard.
Eran las 6.15 horas cuando se dio el banderazo de salida a los más de 12 mil participantes, en la tercera edición del maratón, en sus tres categorías.
Amado cuenta que en un inicio no podían determinar quiénes eran los rivales por vencer, pues los competidores del medio y del maratón salieron juntos, pero transcurridos los 10 kilómetros se separaron los grupos y comenzó la pelea de los guatemaltecos contra los africanos.
"Sin duda eran los rivales por vencer. Éramos apenas dos guatemaltecos que peleaban con otros 12", relata el ganador.
Pero el grupo no pudo mantener el paso, a pesar de que, como relata Amado, éste era muy lento y fueron los dos nacionales quienes impusieron el ritmo.
Hasta el kilómetro 30, era Alfredo Arévalo quien lideraba y hacía el desgaste, pero en ese momento fue cuando Amado tomó la decisión de apretar y salir del grupo, en busca de la meta.
Pero no lo dejaron partir solo, el keniata Samuel Kiprotich Chepno y el etíope Demesse Tefera se le pegaron, y juntos comenzaron la batalla hacia la meta.
Para el atleta nacional, el mejor aliciente fueron los aplausos de los guatemaltecos que se acercaron a los puentes y a las principales calles, en donde le gritaban y le daban apoyo.
"Los latinos me apoyaban y me decían que ya había vencido al keniata. Eso fue más que un premio", reconoce.
El remate glorioso
Pero Kiprotich, a falta de mil 500 metros, alcanzó al medallista panamericano; el africano no se había dado por vencido, pero no soportó el último jalón de Amado, el cual —refiere— fue una estrategia porque debía guardar fuerzas para el remate y así ganar la prueba.
"Estas competencias ayudan mucho, pues uno se enfrenta a atletas de otro nivel", aseguró el fondista.
Amado terminó exhausto, pero feliz y satisfecho, aunque asegura que no se puede comparar con lo que vivió en Río de Janeiro, pues ese fue un evento del ciclo olímpico, y esa medalla de plata tiene mayor significado.
Alfredo Arévalo llegó cuarto, con un tiempo de 2:19.23, que no le alcanza para hacer la marca "A", que lo clasifique a los Juegos Olímpicos de Pekín.
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