Como un héroe mitológico del atletismo argentino cuyas proezas consisten en ganar una carrera tras otra, el fondista bonaerense Ulises Sanguinetti inscribió su nombre en lo más alto de la clasificación general del denominado Maratón Nocturno Lenovo que se realizó el viernes pasado en las playas de Pinamar a través de un circuito iluminado por las mismas antorchas que lo harán en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y que aportaron un sello único cuya aceptación por parte de los competidores impulso para mediados de marzo una segunda edición en las calles porteñas.
A sus veinticuatro años y con anteojos beatle estilo John Lennon que acompañó con sus zancadas con tanta energía y adrenalina como un solo de guitarra de Jimi Hendrix, el discípulo del entrenador Alexis Abot brindó un recital de aprontes y pasadas hasta completar el trayecto de seis kilómetros en apenas veinte minutos y cuarenta segundos. Actual número tres argentino en los 10 mil metros en pista y de los doce kilómetros en modalidad cross country, además de vencedor del reciente Maratón de Reyes de Trenque Lauquen, cruzó el arco de llegada con una ventaja de 57 segundos sobre su escolta, el pinamarense Marcelo Mendoza, mientras que otro local, Cristian Hernández, conquistó el bronce con un marca de veintidós minutos y cinco segundos, a un minuto y veinticinco segundos del puntero.
"Todos los corredores recibieron una remera Lenovo Beijing 2008 y pudieron hidratarse con bebida Ser y agua mineral Villavicencio, quienes completaron el recorrido recibieron la medalla finisher", explicó Federico Lausi, director de la carrera e integrante de la firma A2Racing que revolucionó el firmamento criollo en materia de carreras de aventura con su certamen que en cada fecha se desarrolló sobre una geografía y clima diferente como selva; pantano o desierto. En su diálogo con El Depornauta, elogió el lugar elegido para esta prueba porque "Pinamar tiene paisajes agrestes ideales para estas competencias y cuenta con autoridades que nos brindaron toda su colaboración desde un primer momento, algo fundamental para organizar eventos de estas características".
Por su parte, en un duelo muy parejo que se definió en la arremetida final, Claudia Torres encabezó la rama femenina en veintiséis minutos y veintisiete segundos, tan sólo dos segundos menos que su inmediata perseguidora, Carla Céspedes. Cuando el reloj marcaba que habían transcurrido veintiocho minutos y veintisiete segundos desde la señal de largada, Natalia Decarolis arribó a la meta para adueñarse del tercer escalón del podio.
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