UN ATLETA DE ALTO RENDIMIENTO FUE A MAR DEL PLATA A COMPETIR Y NO LE PAGARON EL PASAJE
Agotado tras haber viajado a dedo, abandonó una maratón
Por: Ernesto Azarkevich
Fuente: MISIONES. CORRESPONSALIA
Fuente: MISIONES. CORRESPONSALIA
Un atleta misionero que vive, estudia y entrena en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CENARD) de Buenos Aires, tuvo que viajar "a dedo" más de un día para ir a una carrera de cross country que se realizó el fin de semana en Mar del Plata porque no consiguió que le pagaran el pasaje. Allí abandonó por el cansancio y la mala alimentación.
Alberto Olivera, de 23 años, corre desde hace once años y ha obtenido varias medallas. Además, estudia profesorado en Educación Física y desde hace más de un año entrena diariamente en el CENARD. Este no fue su primer traspié por la falta de recursos: el año pasado vio frustrada su participación en los Panamericanos de Río de Janeiro porque se fracturó un dedo del pie izquierdo por entrenar con zapatillas en mal estado.
El deportista, que todavía permanece en Mar del Plata buscando los medios para regresar a Buenos Aires, contó: "en estos momentos no recibo ninguna beca de la Provincia (de Misiones) pese a haber obtenido varios récord y cinco campeonatos argentinos". Olivera recordó que el año pasado cobró "durante cinco meses 300 pesos pero luego se cortó el subsidio y así se hace muy difícil estar en la alta competencia".
Olivera partió del CENARD el jueves a la tarde y luego de varias horas consiguió que un camionero lo acercara. Pese a ello, tuvo que caminar varios kilómetros y alimentarse mal durante el día que tardó en llegar al lugar de la competencia. El descanso no fue el suficiente y al promediar la carrera, cuando estaba entre los diez primeros, sintió un fuerte dolor abdominal, que las fuerzas se acababan y optó por retirarse.
"Estaba muy bien entrenado y era uno de los candidatos a ganar la carrera", contó con resignación desde Mar del Plata, donde se aloja en la casa de sus amigos. "Gané las competencias de calle en Necochea, Gualeguaychú, Nogoyá y Federal. Mi sueño era ganar acá para poder integrar el equipo que representará al país en los Juegos Panamericanos", sostuvo.
"La semana pasada me llamaron de la provincia (de Misiones) para decirme que tenía otra vez la beca de 300 pesos, pero debía viajar a Posadas para poder retirar el dinero y esa suma la gasto casi en su totalidad en pasajes", explicó Olivera. Y afirmó que "en Chubut hay una política distinta para con los deportistas: allá los que obtienen un primer puesto reciben 1.000 pesos y un poco menos los otros que logren llegar a algún escalón del podio".
"Soy campeón sudamericano, participé de los Juegos Odesur y tengo condiciones para este tipo de competencias, pero sin apoyo se hace difícil. Qué puedo decirles a los nuevos deportistas, cómo incentivarlos si ni siquiera se pueden conseguir pasajes para ir a una competencia", se quejó.
Anoche Olivera todavía buscaba la forma poder regresar al CENARD para continuar con su entrenamiento y tratar de ganarle la carrera a la burocracia y el desinterés.
Alberto Olivera, de 23 años, corre desde hace once años y ha obtenido varias medallas. Además, estudia profesorado en Educación Física y desde hace más de un año entrena diariamente en el CENARD. Este no fue su primer traspié por la falta de recursos: el año pasado vio frustrada su participación en los Panamericanos de Río de Janeiro porque se fracturó un dedo del pie izquierdo por entrenar con zapatillas en mal estado.
El deportista, que todavía permanece en Mar del Plata buscando los medios para regresar a Buenos Aires, contó: "en estos momentos no recibo ninguna beca de la Provincia (de Misiones) pese a haber obtenido varios récord y cinco campeonatos argentinos". Olivera recordó que el año pasado cobró "durante cinco meses 300 pesos pero luego se cortó el subsidio y así se hace muy difícil estar en la alta competencia".
Olivera partió del CENARD el jueves a la tarde y luego de varias horas consiguió que un camionero lo acercara. Pese a ello, tuvo que caminar varios kilómetros y alimentarse mal durante el día que tardó en llegar al lugar de la competencia. El descanso no fue el suficiente y al promediar la carrera, cuando estaba entre los diez primeros, sintió un fuerte dolor abdominal, que las fuerzas se acababan y optó por retirarse.
"Estaba muy bien entrenado y era uno de los candidatos a ganar la carrera", contó con resignación desde Mar del Plata, donde se aloja en la casa de sus amigos. "Gané las competencias de calle en Necochea, Gualeguaychú, Nogoyá y Federal. Mi sueño era ganar acá para poder integrar el equipo que representará al país en los Juegos Panamericanos", sostuvo.
"La semana pasada me llamaron de la provincia (de Misiones) para decirme que tenía otra vez la beca de 300 pesos, pero debía viajar a Posadas para poder retirar el dinero y esa suma la gasto casi en su totalidad en pasajes", explicó Olivera. Y afirmó que "en Chubut hay una política distinta para con los deportistas: allá los que obtienen un primer puesto reciben 1.000 pesos y un poco menos los otros que logren llegar a algún escalón del podio".
"Soy campeón sudamericano, participé de los Juegos Odesur y tengo condiciones para este tipo de competencias, pero sin apoyo se hace difícil. Qué puedo decirles a los nuevos deportistas, cómo incentivarlos si ni siquiera se pueden conseguir pasajes para ir a una competencia", se quejó.
Anoche Olivera todavía buscaba la forma poder regresar al CENARD para continuar con su entrenamiento y tratar de ganarle la carrera a la burocracia y el desinterés.
Fuente: Clarín
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