lunes, 3 de marzo de 2008

Exigimos justicia por nuestro compañero.

La historia más allá de cualquier rumor es así:


Yo Paulo, cuando salí de las duchas me crucé con Fabián que recién se entraba a bañar. Me vestí raudamente sabiendo que se venía el sorteo y la premiación, aunque lo primero no me interesaba mucho ya que mi número, el 192, se me había destruido entre el sudor, el Gatorade y el juguito Conaprole. Pero yo tenía una vaga idea del número de Fabi, puesto que a la llegada nos habíamos preguntado mutuamente sobre el número y para qué era.





































































































































































Cuando salgo de la dependencia militar en donde estaban las duchas, lo primero que escucho es "blanco 176". Y eso me quedó retumbando en el oído teniendo la casi certeza de que ese TV era para Fabi.


El personaje en cuestión se estaba bañando. Yo no estaba seguro del número que había escuchado. Tampoco si el 176 era el de Fabi. Además el locutor amenazaba con meterlo nuevamente en la bolsa y la gente, como siempre, le daba manija para que el sorteo se realice nuevamente. Son varias excusas que considero válidas para no haber corrido como un desaforado hacia el escenario, ni tampoco hacia las duchas.

















































































Me lo tomé con calma, me acerqué a la barra de SYG que estaba presenciando el sorteo y tímidamente pregunte: ¿El 176 no era el de Fabi?


No quiero dar nombres, pero Victor Trillas dijo: Nooo si aquel tenía como el 180 y pico.- Para mi tenía el 176. Dije.

La sorpresa vendría minutos mas tarde, cuando el pobre individuo de la foto se apareció con el 176 en todo su esplendor.














































































Cobardemente me alejé de la zona con la excusa de sacar las fotos de la premiación, pero, me quedé con el remordimiento y es por ello la razón de este tonto relato.


Fabi, mis más sinceras disculpas por no haber luchado para que ese TV llegue a tus manos. Otra vez será.


Igual, por ahora conformate con la carcaza que encontramos en un baldío cuando estabamos llegando a la República de Sayago.


Éxitos.






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