jueves, 7 de febrero de 2008

Ecos de la correcaminata de Aguas Dulces / Valizas.

Fuente: Aguas Dulces Herald

Es lindo cuando las cosas se hacen con espíritu de grupo, entre todos, poniendo cada uno lo mejor de sí para que todo salga bien. Cada uno trabajando en lo suyo para lograr un objetivo común. Así se hace la Correcaminata. La idea y organización general es del Cacho Cola, pero es mucha la gente que trabaja voluntariamente para que todo salga perfecto. Aclaremos acá que la correcaminata no tiene fines de lucro, que lo que se recauda o se consigue es para brindar el mejor servicio posible a los participantes. Desde el transporte al punto de partida hasta la asistencia médica, cada detalle es cuidado y sus costos financiados con lo generado por el mismo evento.
Dos de las personas que más colaboran en la correcaminata son Osiris y María José, y una de sus funciones fue, como todos los años, salir a buscar el apoyo económico de los comerciantes de Aguas Dulces. La mayoría de los comerciantes aplauden este proyecto; no solamente trae visitantes puntuales a Aguas sino que, año a año, va consolidando una reputación de evento de nivel nacional que es muy buena para la imagen general del balneario. Y los comerciantes aportan con gusto.
Cuando el Osi y María comenzaron este año con su habitual recorrida de recolección de fondos se encontraron con una agradable sorpresa: alguien de la organización ya había cumplido esa labor. Así lo manifestaron los comerciantes de siempre. Una persona había recorrido el pueblo y recolectó, en nombre de la organización de la correcaminata, una importante cantidad de dinero.
El Osi y María no cabían en su alegría. ¡Qué buena onda la de la gente! Viendo que estaban tan ocupados decidieron echar una mano sin esperar crédito a cambio. ¿Quién habrá sido? ¿David? ¿Marcos? ¿Sebastián o Daniela? No, señor. Averiguando con los propios comerciantes se descubrió que el espontáneo colaborador fue un tal señor Gutiérrez de la Difusora Rochense, que gentilmente se volcó a la tarea por iniciativa propia. ¡Imagínense la alegría de los organizadores ante tal espíritu participativo! Ahora mismo está todo el mundo ilusionado pensando en cuánto recaudó, y esperando que Gutiérrez aparezca para poder pagar algunos de los gastos generados en la competencia. ¡Grande Gutiérrez!
Los lengua larga, que siempre los hay, están sugiriendo que el señor Gutiérrez aprovechó el nombre de la organización para recaudar en beneficio propio. ¡Pero mire que hay gente malpensada, dios mío! ¡Vamos, Gutiérrez! ¡Tapémosle la boca a estos giles!


 

 

 

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