Que Kenia está viviendo un conflicto interior que ya va, según las últimas cifras, por el millar de muertos, es desgraciadamente, algo que ya todos conocemos. Y eso ha afectado muy seriamente los intereses (y, en ocasiones la vida), de los atletas kenianos, que encontraban dificultades a la hora de salir de su país para participar en los acontecimientos atléticos que tenían apalabrados en el extranjero.
Samuel Wanjiru normalmente reside en Japón, donde entrena bajo las órdenes de Koishi Morishita, medalla de plata en el maratón olímpico de Barcelona'92. Pero debido a los tristes acontecimientos surgidos recientemente en su país, decidió viajar a Niakuru, su ciudad, para asegurarse de que su familia estaba bien.
En la capital de Kenia, tal y cómo el mismo Samuel declaró, no pudo entrenar en las condiciones ideales, por razones obvias. Pero lo peor llegó a la hora de viajar al aeropuerto. Debido a lo peligrosa que está la situación en las calles de la ciudad, Wanjiru debió contratar a un servicio de seguridad "privado", que le escoltase durante los 200 kilómetros del trayecto existente entre Niakuru, y Nairobi.
El "convoy" estaba formado por hombres armados que acompañaron al corredor hasta su destino, según hemos conocido recientemente, repartidos en dos furgonetas. Finalmente Sammy llegó sano y salvo hasta la zona de embarque, y pudo volar hacia España sin mayores contratiempos. "De haber podido entrenar adecuadamente, hubiera estado en disposición de asaltar mi propio récord mundial en medio maratón, o al menos, de intentarlo con garantías" declaró el keniano tras vencer en la Mitja. Posiblemente tenga toda la razón del mundo...
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